Héctor R. Gavira sevilla

Los últimos avances en genética forense podrían despejar definitivamente las incógnitas que desde hace más de 500 años rodean a la figura de Cristóbal Colón. La identidad de sus padres, su nacionalidad e incluso el lugar dónde descansan sus restos son un misterio que viene enfrentando desde hace años a historiadores de uno y otro lado del Atlántico.

Especialistas del Departamento de Medicina Legal de Granada exhumaron ayer, lunes, en la Catedral de Sevilla los que se creen son los restos mortales del almirante, junto a otros sobre los que no existen dudas, los de su hijo, Hernando Colón, con idea de compararlos genéticamente y determinar su autenticidad. Los investigadores cuentan además con una tercera muestra, los restos de Diego Colón, el hermano menor del navegante, que ya fueron exhumados el pasado mes de septiembre en la fábrica de cerámica de La Cartuja de Sevilla.

Alrededor de un centenar de personas, entre periodistas, miembros del equipo de investigadores y del cabildo catedralicio, han seguido todo el proceso a través de un circuito cerrado de televisión. Entre quienes han mostrado mayores signos de expectación, los dos impulsores del proyecto, el historiador Marcial Castro y el biólogo Sergio Algarrada, que ven como los avances en las técnicas forenses «podrían cambiar lo que durante años han venido explicando los libros de historia».

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