La prueba de ADN es uno de los estándares de oro para identificar a una persona en la escena de un crimen, para una prueba de paternidad, o incluso identificando personajes históricos, resultando un 99.99 por ciento segura, expresó la maestra Lourdes Vega Navarrete, especialista en Genética, durante el pasado XI Congreso Internacional de Química Forense, organizado por la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP.
La Investigadora enfatizó que otro de los resultados importantes de esa prueba es que se puede lograr la exclusión de personas inocentes, implicadas en algún delito y que permanecen encarceladas por mucho tiempo; “esto puede garantizar a la sociedad que la técnica, bien aplicada, asegurará que no haya más inocentes en la cárcel.
“En Estados Unidos se desarrolló un proyecto llamado “Inocencia”, donde a todas las personas en la cárcel y que dicen no haber cometido el delito se les realizó la prueba de ADN, resultando muchísimos casos de personas exoneradas de un crimen que no cometieron”, dijo.
Aseguró que el uso de restos orgánicos para identificar el Ácido Desoxirribonucleico (ADN) de una persona puede llegar a ser muy útil en el Derecho y la Criminalística, no sólo para identificar a una víctima o a un criminal, “en especial en delitos contra la libertad sexual o en los que se ha ejercido violencia, sino también para determinar la filiación biológica de una persona; el ADN es como el CURP biológico de una persona”, expresó.
Mencionó que esta técnica es muy útil también en casos de desastres como el atentado contra las Torres Gemelas en Nueva York, donde miles de personas fueron identificadas a partir de restos mínimos.
“De eso tratan las ciencias forenses, verificar a través de herramientas científicas, si un hecho que ya pasó fue de la forma en que se supone pasó”, añadió.
Vega Navarrete abundó que aunque la prueba del ADN no es la panacea para la identificación de una persona, sí es muy útil para casos específicos, como en las pruebas de paternidad, donde no es posible utilizar el método de las huellas dactilares, debido a que de la huella del padre y de la madre no se puede deducir la del hijo.
Otro aspecto interesante de la prueba de ADN es el histórico, pues ha servido para realizar identificación en casos como el de Cristóbal Colón, confirmándose que sólo el 15 por ciento de sus restos mortales descansan en la Catedral de Sevilla, así como de la Familia Imperial Rusa, o el caso del tercer presidente norteamericano Thomas Jefferson, del que se descubrió, a través del análisis y rastreando su árbol genealógico que tuvo hijos con su esclava negra, existiendo descendientes suyos en la actualidad.
“Hoy en día nadie duda de la eficacia del ADN que ha resuelto muchas investigaciones gracias a los avances científicos, a partir de tan sólo minucias, residuos en la ropa o en el cuerpo, dejadas en el lugar del crimen”, finalizó.