Un inmigrante ghanés que obtuvo la ciudadanía de Estados Unidos después de 14 años de residir en el país vio convertido su gran sueño de la reagrupación familiar en su peor pesadilla, debido a una prueba genética.
Los resultados del estudio de ADN que las autoridades federales exigen para permitir la reagrupación de los familiares más directos demostraron que de los cuatro hijos de Isaac Owusu, que viven en África, solo el mayor, de 23 años, era biológicamente suyo, informó hoy el diario The New York Times.
Isaac, que se convirtió en ciudadano estadounidense en 2002, descubrió así la repetida infidelidad de su fallecida esposa y se vio de golpe ante la imposibilidad de hacer realidad su deseo de una nueva vida en Estados Unidos con sus hijos.
El inmigrante ghanés llevaba años trabajando para poder adquirir los derechos que le permitirían reunirse con sus cuatro hijos, residentes en el país africano.
Ante los resultados de los análisis, las autoridades estadounidenses permitieron solo la entrada al país del hijo mayor, de manera que sus hermanos, uno de 19 años y dos gemelos de 17, tendrán que permanecer en Ghana.
Las autoridades estadounidenses ofrecen posibilidades como la adopción de los niños menores de 16 años o la petición de agrupación de hijastros, que es, al menos por el momento, la única posibilidad que le queda a Isaac.
Para ello, Isaac, que pidió expresamente que solo se publicaran su primer y segundo nombre, deberá demostrar que los otros tres adolescentes son hijos de su fallecida mujer.
Su principal preocupación, según The New York Times, no es la infidelidad de su esposa, sino buscar una solución para que los que considera sus hijos, digan lo que digan las pruebas de ADN, puedan formar parte de su nueva vida en Estados Unidos.
Isaac culpa a la burocracia estadounidense de falta de humanidad, ya que la tarea es ardua si se trata de decir a unos niños que ya perdieron a su madre que también han perdido a su padre.
El inmigrante ghanés aseguró al rotativo que no puede quitarse la imagen de sus hijos de la cabeza y que no va a escatimar en esfuerzos para «traerlos» a Estados Unidos. EFE