Hugo CONCHA CANTÚ
Biblioteca Jorge Carpizo

Si bien es cierto que los genes no han sido los amos del destino humano, tampoco han sido sus esclavos. Al menos así ha sucedido hasta ahora. Pero la tecnología y los avances científicos hoy nos colocan en la posibilidad de transformar esta realidad.

Ya se ha mencionado, pero los genes (diminutas partículas contenidas en los cromosomas, dentro del núcleo de toda célula de un ser vivo y que, sin embargo, son los responsables directos del diseño del mundo natural), hasta hace muy poco tiempo sólo eran accesibles a través del cambio ambiental, es decir, sólo eran transformados por la acción de la naturaleza. Ahora estos genes no sólo pueden ser vistos y estudiados, sino que, consecuentemente, pueden ser manipulados de manera directa. Es éste el cambio fundamental que transforma de manera decisiva a la realidad, y, por supuesto, a las disciplinas de su estudio, sean éstas naturales o sociales.

El cambio, la transformación genética, ahora es relativamente sencillo, inmediato y comprensible. La tecnología que ha permitido la manipulación directa, también ha abierto la posibilidad de estudios de la actividad y funcionalidad de los genes sujetos ahora a inspección. Pero al mismo tiempo, esta transformación es de naturaleza arbitraria, por no calificarla de antinatural , ya que en la actualidad es posible producir o transformar genes que un ser vivo espontáneamente jamás produciría.

La tecnología, una vez más, ha otorgado a la humanidad poderes de gran dimensión para trasformar el mundo y, en esta ocasión, para trasformarse ella directamente. Mientras que para los expertos en genética y desarrollo genético los genes son considerados como unidades de cambio hereditario, para los biólogos moleculares los genes son unidades de proteínas, organizadas de manera tal que son denominadas como cadenas de ADN. Ambos conceptos pueden ser mezclados, al considerar a los genes como información. El vínculo entre generaciones es precisamente información sobre lo que una criatura será, información que es almacenada por secuencias de bases de ADN.

Una vez llegados a este punto, podemos acercarnos con pasos más firmes al problema que nos ocupa. En un primer punto, si el estudio genético se convierte en un problema de información, éste puede ser abordado desde dos perspectivas. Adicionalmente, una vez analizado el problema como un problema de información y de manejo de información, entramos de lleno al problema de la alteración o manipulación genética, ya como un problema de política pública.

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