JESUS ARANDA

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que la prueba pericial en materia genética (ADN) es «eficaz y certera» para determinar si existe o no relación paterno-filial; y que en caso de que el presunto padre se niegue a realizarse el examen genético se deberá presumir la relación filial controvertida.
Para llegar a esta conclusión, por primera vez en la historia, los ministros de la primera sala del máximo tribunal recurrieron a especialistas en la materia, quienes elaboraron un dictamen sobre la efectividad de la prueba pericial del ácido desoxiribonucleico (ADN). Esta relación entre la ciencia y el derecho tiene como propósito, explica el proyecto de sentencia elaborado por el ministro José Ramón Cossío, «hacer que los juzgadores profieran sus fallos de una manera más informada cuando se enfrentan a ámbitos de conocimiento que van más allá del conocimiento ordinario del derecho».

En la resolución de la contradicción de tesis 154/2005 se señala que estas pruebas se realizan a partir de la extracción de muestras de sangre o saliva del presunto padre y del menor.
El ADN es el material genético de los organismos vivos es el componente primario de los cromosomas y el material del cual los genes están formados, éste se encuentra en el interior del núcleo de todas las células del organismo.
Cada una de las células del ser humano consta de un núcleo en el que se encuentra la cromatina, la cual se organiza a su vez en cromosomas, y la base de cada cromosoma es una molécula larga de formada por dos cadenas que imparten las instrucciones específicas de cada célula; la cadena del ADN tiene muchos genes, los cuales son necesarios para construir y hacer funcionar a cada uno de los organismos del cuerpo humano.
El ADN es prácticamente el mismo en cada una de las células del cuerpo.
La reproducción sexual lleva el ADN de los dos progenitores y crea una combinación única de material genético en una nueva célula, de manera que el material genético del hijo es derivado del material genético de los padres.
Cada célula humana tiene 46 cromosomas, y cada individuo recibe la mitad de cada una de las células de sus progenitores; y precisamente, porque el hijo tiene una combinación genética de cada uno de sus padres es posible determinar la filiación.
De esos 46 cromosomas, 44 (22 pares) están presentes tanto en las células femeninas como en las masculinas; el otro par tiene que ver con las características sexuales. En la mujer el complemento cromosómico sexual es XX, y en el varón XY.
El proceso para determinar la paternidad es el siguiente: las dos cadenas de ADN están compuestas por cuatro moléculas: adenina (A), timina (T), citosina (C) y guanina (G), que se agrupan a manera de una escalera que se entrelaza; ambas cadenas son complementarias y A se une a T y G con C.
La secuencia de una cadena automáticamente determina la secuencia de la cadena complementaria; es decir, un segmento de cada de las cadenas sería TAGTAC en una cadena y ATCATG en la otra, y la secuencia de ADN es la combinación de las dos cadenas.
De esa manera, la posibilidad de conseguir la información de un individuo mediante el estudio de ADN se basa en la composición de «su cadena». Ello porque la unión de esos cuatro elementos da lugar a largas secuencias con combinaciones variables con la particularidad adicional de presentar repeticiones del número variable. Así, las secuencias de bases repetidas del número variable difieren de un individuo a otro, pero se identifican entre padres e hijos.
De esa forma, el ADN se da por secuencias de bases que constituyen unidades de repetición, en los extremos de cada unidad de repetición pueden ocurrir cambios de bases, pero entre las diversas unidades de repetición «es casi totalmente constante la secuencia de las bases, las cuales se denominan marcadores».
Al llevarse a cabo la prueba genética, las cadenas del padre se dividen en secuencias específicas de patrones de herencia (marcadores), y la mejor manera de identificar a un individuo es con un número representativo de marcadores; en el caso de la determinación padre-hijo, se trata de estudiar los marcadores del cromosoma ,Y o masculino.
El ADN de cada persona tiene dos copias de los marcadores, una heredada del ADN del padre y otra del de la madre; y si bien, los marcadores de cada persona son diferentes, conservan distintos patrones repetitivos heredados de cada uno de los progenitores. La combinación del tamaño de los marcadores de cada persona da como resultado su perfil o huella genética.
Al comparar los perfiles de los padres, puede determinarse el parentesco sanguíneo.
Si los marcadores de ADN que se comparan no coinciden, se excluye la paternidad con 100 por ciento de certeza, pero si coinciden, la probabilidad de certeza es de 99.9 por ciento.
Fuente : La jornada , México, Jueves 26 de octubre de 2006

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